Cuando nunca has hecho deporte no piensas que no haces deporte. Es algo que eres. Algunas personas lo poseen como un elemento de su identidad. Otras no.
En mi casa no se veía fútbol. No es que hubiese nada contra él, pero se ignoraba. Entre aquellas paredes había muchos libros y en aquel tiempo se solían ver ambas cosas como incompatibles.
Al llegar la edad en que pasamos del escondite al fútbol me quedé sin nada a lo que jugar en los recreos. Cuando me interesé por él ya era tarde. Mis compañeros habían aprendido hacía mucho, yo tenía que partir de cero y no podía alcanzarles.
Recuerdo que los miraba y pensaba lo guay que sería saber jugar. Pero era una entelequia. Yo era un niño que no juega fútbol, esa era mi identidad.
Todo es construcción de identidades. Si equiparas una de tus circunstancias a tu persona, a lo que eres, vivirás de acuerdo a esa realización. No es que creas que no puedes hacer ejercicio, es que eres (en tu mente) una persona que no hace ejercicio. Y eso lo convierte en un imposible. Para romper la rueda debes entender que tal vinculación existe solo en tu cerebro.
Ahora soy instructor fitness y, cuando animo a mis usuarios de 40 o 50 a apuntarse al gimnasio, me suelen responder: "para ti es fácil, llevas toda la vida". ¡Poco imaginan que empecé a entrenar casi con 30! El fitness es una autovía muy larga con muchas incorporaciones. Las oportunidades son casi infinitas y están abiertas mientras puedas moverte.
Romper la rueda no es fácil. Yo lo sigo haciendo casi a diario y a veces tengo que recordarme que me dedico a esto, que mi trabajo es ayudar a otros a a hacer ejercicio.
No te lo cuento para desanimarte, sino para que no te frustres si una y otra vez regresa la vieja concepción de ser alguien que no hace deporte. Cuando has vivido en esa identidad desde que eras niño es muy fácil que quiera regenerarse y habitar en tu nuevo yo, el yo que hace ejercicio, requiere perseverancia.
¿Cómo conseguirlo?
Ya tengo una edad y no sé ni jugar al fútbol. ¿Puedo empezar a moverme a estas alturas? Sí, sí puedes. Se puede empezar con la actividad física a cualquier edad, desde las condiciones iniciales que sean.
Si nunca hiciste ejercicio te va a costar más. Es bueno asumir esto, no te desesperes si ves que es difícil. Es normal que lo sea. Posible no significa fácil, pero difícil no es igual a imposible.
Olvídate del fútbol y el baloncesto
El fútbol es un deporte maravilloso, pero contraproducente en las etapas formativas. Nos enseña a vincular "deporte" con marcadores como "correr", "ganar", "perder", etcétera.
Los deportes colectivos se convierten en sinónimo de actividad física, pero son disciplinas difíciles de aprender. Los niños lo hacen rápido porque son esponjas psicomotrices, pero es distinto para los adultos.
Sé que tu meta no es aprender a jugar al fútbol o al baloncesto. Pero has creado un arquetipo basado en este tipo de juegos, y necesitas deshacerlo.
La actividad física es un universo, y cuando lo entiendas será más fácil interiorizar que tú también perteneces a él.
Empieza por lo más sencillo
La repetición es la primera fisura en tu antigua identidad, y la mejor forma de crear adherencia es empezar con algo tan fácil que parezca ridículo.
Cuando aún eres alguien que no hace ejercicio asocias "actividad física" con habilidades complicadas y difíciles de aprender. Escuchas la palabra "deporte" y piensas en atletas olímpicos que salen por la tele.
Levantar pesas tiene una curva de aprendizaje muy pequeña, y caminar es la base del movimiento humano. Elige una actividad que te resulte llevadera y construye sobre ella, aprendiendo cosas más complejas a medida que avanzas.
Repite hasta que te salga solo
Cuanto más entrenes, aunque se sienta raro al principio, más fácil será convertirte en "persona que hace deporte" en tu propia percepción.
Continúa, aprende y persevera
El fitness es un viaje fascinante que dura toda la vida. Recuerda que nunca dejarás de aprender y descubrir. También es importante recordar que tu antigua identidad, la de alguien que nunca ha hecho ejercicio, va a intentar reconstruirse muchas veces.
Los seres humanos somos criaturas cambiantes y tenemos múltiples personalidades que compiten entre sí. Es importante que lo entiendas y aceptes que vivir de forma saludable cuando creciste haciendo lo contrario requiere dedicación, perseverancia y esfuerzo constante.
No va a llegar un día en que "cruces la meta" y alcances la inmanencia fitness. Es una estructura que debes mantener en equilibrio con tu trabajo. Esto es parte de su magia: eres una persona que progresa, que busca la plenitud, que entiende que lo importante es el proceso y que quiere mejorar cada día.
Eres una persona que hace deporte.
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